Buena Alimentación

Para tener una piel reluciente y sin imperfecciones, hay que cuidarla, y no basta sólo con limpiarla diariamente y ponerle cremas. La alimentación de la piel parte de tu propia alimentación. Parece obvio y, no obstante, aunque nos aplicamos cotidianamente cremas y tónicos a veces descuidamos aspectos básicos como la alimentación, beber la cantidad necesaria de agua, hacer ejercicio regularmente y, sobre todo, no fumar.

Para evitar un envejecimiento prematuro de la piel, es vital una dieta equilibrada y un aporte natural de vitaminas (como la A, B, C y E) y minerales (como el selenio o el hierro) esenciales para nuestro organismo. Una dieta pobre en vitaminas resta luminosidad a la piel, al igual que la deshidratación.

Haz la prueba de seguir durante un tiempo una dieta rica en fruta, verdura, ensaladas y mucha agua y observa luego el tono y la textura que adquiere tu piel.

Hacer cinco comidas al día: un buen desayuno, un almuerzo fuerte y una cena ligera, con dos tentempiés, uno a media a mañana y otro a media tarde. Que las comidas tengan un aporte suficiente de vitaminas y minerales.

Y recuerda los principales enemigos de tu piel son los rayos ultravioleta, una dieta pobre en vitaminas y la nicotina. La nicotina ataca al colágeno de la dermis por lo que la piel pierde firmeza. Además, el gesto de aspiración del humo del tabaco favorece la creación de arrugas alrededor de la boca.

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