Caspa

Caspa (Pityriasis capitis) es la formación excesiva de hojuelas o costras de piel muerta formada en el cuero cabelludo. A pesar de que es normal que las células de piel se mueran y formen hojuelas, algunas personas, ya sea crónicamente o como resultado de ciertas dolencias, experimentan una cantidad anormal de éstas, lo cual suele ser acompañado de enrojecimiento e irritación. La mayoría de las causas pueden ser tratadas con un champú especializado o con remedios caseros comunes.

La caspa también puede ser un síntoma de la seborrea, la psoriasis, la micosis o de pediculosis. Es recomendable evitar rascarse excesivamente. Rascarse hasta quebrar la piel puede aumentar el riesgo de infecciones, particularmente de Staphylococcus aureus y Streptococos. A pesar de que estas infecciones son el mayor riesgo de la caspa, muchas personas la tratan únicamente porque puede causar problemas sociales o de autoestima.

La causa más común de la caspa es el hongo FM (previamente conocido como el Pityrosporum ovale). Este hongo se encuentra naturalmente en la superficie de la piel tanto de personas saludables como de aquellos con caspa. El hongo metaboliza la grasa humana, resultando en un producto secundario que es antihigiénico. Cuando el hongo Malassezia furfur crece demasiado rápido, la renovación natural de las células resulta afectada y aparece la picazón. Otros hongos pueden tener papeles similares en la causa de la caspa, al igual que ciertas bacterias.

La caspa mansa puede ser causada por glándulas sebáceas sobrerreactivas. otros factores causativos incluyen la historia familiar, alergias a alimentos, transpiración excesiva, el uso de jabones alcalinos, micosis, y estrés. Incluso la estación del año puede contribuir al problema: los inviernos fríos y secos son notorios por traer la caspa o hacerla empeorar. Los síntomas de la caspa también pueden ser agravados por exposición al polvo, la luz ultravioleta, champús demasiado fuertes, y tintes para el cabello. En algunos casos excepcionales, la caspa puede ser causada por el uso excesivo de gel o aerosol fijador.

La aparición de las hojuelas puede reducirse, especialmente en aquellos que sufren de casos mansos de caspa, a través del cuidado personal apropiado. Algunas personas evitan, equivocadamente, lavar su cabello, creyendo que el efecto resecador del champú empeorará su caspa. Sin embargo, al lavarse el pelo con regularidad, la piel muerta de hecho es retirada antes de que pueda acumularse en hojuelas más grandes y notables. El uso de champús basados en ácidos ayuda a restaurar la acidez al cuero cabelludo, descomponiendo los aceites y evitando que las células de piel muertas se acumulen en montones visibles. Sin embargo, los champús con una medicación más mansa o champús no marcados para tratar la seborrea pueden tener poco o ningún efecto en el enrojecimiento y la irritación.

Las formas severas de la caspa, particularmente si son acompañadas por la formación de hojuelas o escamas en otras partes del cuerpo, deberían tratarse por un dermatólogo. La caspa puede ocurrir en conjunto con condiciones de piel tales como la seborrea y la psoriasis. La caspa varía de una persona a otra. Puede ser necesario probar varios champús con ingredientes activos diferentes (sulfuro de selenio, alquitrán, ácido salicílico, piritionato de zinc, ketoconazol para encontrar el más adecuado para cada individuo en particular. Además, un individuo puede encontrar que alternar entre diferentes tratamientos sea más efectivo que apegándose a un régimen único, que puede volverse menos efectivo con el paso del tiempo.

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