Se caracteriza por comezón, lesiones eczematosas (piel roja e irritada de aspecto lloroso), piel seca y engrosamiento de la piel, con bordes bien delimitados.
Se puede relacionar con otras enfermedades atópicas o alérgicas como asma, rinitis alérgica, urticaria, reacciones alérgicas a alimentos.
Su morbilidad es enorme y la incidencia tiende a ir en aumento. Afecta del 15-30% de niños y un 2-10% de adultos. Afecta ambos sexos, sin distinción de raza.
El 85% de los casos inicia en el primer año de vida; el 95% de los casos antes de los 5 años. La incidencia de DA es mayor en la infancia temprana. Esta enfermedad puede tener episodios de remisión completa, particularmente en la adolescencia aunque pudiera recurrir en la edad adulta.
Algunas causas relacionadas con DA son: factores genéticos, infecciones, higiene, clima, antígenos alimentarios, probioticos y aeroalergenos, aunque estos últimos son controversiales.
Algunas complicaciones frecuentemente relacionadas con la dermatitis atópica son: eczema herpético, sobre-infecciones bacterianas con S. Aureus o S. pyogenes, entre otras.
El diagnóstico de DA es clínico y no rara vez se requieren exámenes de laboratorio.
El tratamiento es variado dependiendo de la afección de cada paciente, pero la buena humectación y las medidas generales son básicas, como ropa de algodón, baños cortos, agua tibia, entre otros.
El pronóstico depende del manejo oportuno y adecuado por lo que es de suma importancia acudir a consultar con el dermatólogo para personalizar el tratamiento.
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