¿Cuál es el pH de mi piel?

Con tantos cambios bruscos de temperatura que afectan la piel, me preguntaba cuál es el pH que nuestra piel tiene y qué utilizar para proteger mi piel de tantos cambios y productos altamente agresivos para ella, y por ello comparto con ustedes lo que investigué y algunos de los productos que podemos utilizar.

¿Qué es el pH de la piel?

¿Qué significan esas letras que salen en todos los anuncios de productos para la piel?

Comenzando por lo complicado, el término pH define al potencial de hidrógeno y su número indica si lo que predomina en el medio que mide son hidrogeniones u oxhídrilos.

En concreto, el pH es el logaritmo decimal negativo de la concentración molar de hidrogeniones.

De forma más comprensible, el pH determina la acidez o suavidad de un producto.

Nuestra piel está formada por 3 diferentes capas, epidermis, dermis e hipodermis. En la epidermis existe una film protector conocido como “manto ácido” por tener un nivel de pH ligeramente ácido. Los encargados de mantener este film protector en buen estado son las glándulas sebáceas y sudoríparas y al secretar sus fluidos se forma el film hidro-lipídico o manto ácido.

El manto ácido protege la piel al eliminar las bacterias antes de que puedan meterse en las capas de la piel. También ayuda a mantener la humedad y combatir la deshidratación.

Fuertes jabones alcalinos y el exceso de sudoración puede destruir el manto o alterar su pH.

El nivel del pH de la piel, oscila entre 7- denominado pH neutro- al nacer y entre 5.5 y 6 en la edad adulta.

Si un producto tiene su pH menor que el pH neutro, es más ácido -predominancia de hidrogeniones- y, si es mayor, es más alcalino.

Como algunos ejemplos, la cerveza tiene un pH medio de 4.7 (0.38 miligramos hidrogeniones por litro); el pH de la sangre oscila entre 7.3 y 7.4; y los cosméticos deben tener por ley un pH no inferior a 3.5, ya que por debajo de esta cifra comienzan a atacar a los tejidos cutáneos.

En cuanto a las sustancias jabonosas que se emplea para la higiene, cuanto más cercano sea su pH al de la piel, menos daño hará a ésta: un pH inferior a 6 -ácido- o superior a 8 -alcalino- agrede a los tejidos.

De hecho, el agua de la ducha suele tener un pH de 7.5 a 8.0, por lo que su sola aplicación hace que el pH de la piel ascienda a entre 7 y 7.5.

Para contrarrestar esto, es conveniente el uso de un gel o barra para la ducha de pH más bajo.

No obstante, no es preocupante que el pH total de los productos de baño no corresponda exactamente con el de la piel, puesto que ésta vuelve a restablecer su pH óptimo tras un corto periodo de tiempo, después de secarse y si la agresión no ha sido muy fuerte.

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